Ángela Nieto, premio Ramón y Cajal 2019, explica los mecanismos que ayudan al cáncer a diseminarse por el cuerpo para formar la metástasis

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Ángela Nieto, premio Ramón y Cajal 2019, explica los mecanismos que ayudan al cáncer a diseminarse por el cuerpo para formar la metástasis

Ángela Nieto, investigadora del Instituto de Neurociencias del CSIC, ha participado en el programa STEM Talent Girl con una masterclass que ha girado en torno a cómo la ciencia básica ayuda a entender el origen de las enfermedades y a proponer mejores estrategias terapéuticas. A lo largo de su carrera ha trabajado en varios estudios, pero se siente especialmente orgullosa de aquel que permitió a su grupo de investigación hallar la conexión entre el desarrollo embrionario y el cáncer, lo que abría puertas a comprender mejor la biología de esta enfermedad. Este descubrimiento se produjo a través de los llamados genes “Snail”, que dieron la pista del vínculo entre el embrión y el cáncer.

Este trabajo de investigación pone el foco en los mecanismos por los que el cáncer se disemina por todo el cuerpo para formar la metástasis, esos tumores secundarios que aparecen en diferentes órganos y que son la causa de más del 90% de las muertes asociadas al cáncer. El estudio de los genes “Snail” permitió al equipo de investigación que dirige Nieto detectar los mecanismos que ayudan a las células embrionarias a trasladarse a distintos lugares para formar los tejidos normales y cómo son secuestradas por las células cancerosas para dispersar el cáncer a otros órganos.

De cara al futuro, el grupo continuará estudiando los mecanismos que determinan la formación del embrión y aprendiendo de los embriones con el fin de conocer mejor las enfermedades y proponer estrategias terapéuticas más efectivas. A este respecto, ha subrayado uno de los últimos descubrimientos relacionados con cómo la activación patológica de genes embrionarios también aparece en otras enfermedades como la degeneración de órganos que se produce en respuesta a muchas enfermedades y de forma natural durante el envejecimiento.

Ángela Nieto ha compartido con las alumnas el honor y el privilegio que fue recibir el Premio Nacional Santiago Ramón y Cajal 2019. Un galardón que, a su juicio, reconoce la dedicación de todo el equipo de investigadores que le ha acompañado en los últimos casi 30 años. Se trata de un equipo compuesto, sobre todo, por profesionales jóvenes de varios países, que se incorporan para hacer su tesis doctoral. “Siempre hemos procurado que la mitad sean mujeres”, resalta y añade que todos ellos, después de su paso por este grupo, han continuado su carrera científica en Universidades como Harvard, Zurich, Navarra o en el Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares (CNIC). Subraya que “los premios deben también servir para dar visibilidad a la ciencia” y añade: “Quizás esto ahora es más evidente, pues estamos sumidos en la crisis sanitaria más grave de los últimos 100 cien años y es fácil comprobar que solo los científicos y el personal sanitario pueden sacarnos de aquí. Por eso espero que cuando salgamos de esta situación, no nos olvidemos tanto de la sanidad como de la ciencia y que éstas ocupen el lugar que se merecen como máxima prioridad para el bienestar y el futuro de la sociedad”.

La investigadora del CSIC, que confiesa que siempre se recuerda queriendo ser científica, ha destacado durante su charla la brecha entre hombres y mujeres en trabajos asociados a la ciencia y la investigación. En su opinión, las niñas desarrollan lo que se denomina en inglés “dream gap”, que hace alusión al convencimiento que éstas tienen de no que serán capaces de realizar bien su trabajo en disciplinas científicas. Sin embargo, ante esto el único mensaje debe ser que es posible hacerlo, “que se puede ser científica y ser feliz, que si ese es su sueño que sigan adelante”.

Ángela Nieto ha señalado que se prevé que el 80% de los futuros puestos de trabajo van a estar vinculados a disciplinas STEM y esto hace que hoy “sea más importante que nunca fomentar las vocaciones científicas en las niñas, para que nuestro futuro no sea un mundo aún más masculinizado”. “Estamos viendo que las empresas e incluso los países liderados por mujeres van muy bien. Debemos cambiar la educación sexista que las niñas perciben desde el principio. Hay que mostrarles que ellas también pueden”, agrega.